Boletín Nº 31- Noviembre de 2007 | |
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Eduardo Galeano |
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Taller literario y de escritura "Buscando un río" |
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Parte del análisis de “Boquitas pintadas”, realizado por Ana M. Serra, amiga, escritora de Mar de Ajó y colaboradora del Taller Literario “Buscando un río” a la cual le agradecemos su envío. Características de la escritura de “Boquitas pintadas”: “Un texto está formado por escrituras múltiples, procedentes de varias culturas y que, unas con otras, establecen un diálogo, una parodia, una contestación; pero existe un lugar en el que se recoge toda esa multiplicidad, y ese lugar no es el autor, como hasta hoy se ha dicho, sino el lector: el lector es el espacio mismo en que se mueven, sin que se pierda ni una, todas las citas que constituyen una escritura; la unidad del texto no está en su origen, sino en su destino, pero este destino ya no puede seguir siendo personal: el lector es un hombre sin historia, sin biografía, sin psicología; él es tan sólo ese “alguien” que mantiene reunidas en un mismo campo todas las huellas que constituyen el escrito” (Rolan Barthes, El susurro del lenguaje). Puig organizó la novela inspirándose en los viejos folletines, o novelas por entregas. Es una revalorización de un género popular, que además sirvió para incrementar la alfabetización femenina, y precisamente el autor realiza un estudio psicológico de la moralina que marcó a fuego varias generaciones, en donde la mujer, que es el centro de la historia, sin embargo es dominada por una mentalidad machista. En su escritura, Puig ha sido considerado por la crítica como un escritor inscripto en la llamada posmodernidad, que aúna una serie de tendencias y rasgos muy diversos, de difícil sistematización. Entre los rasgos posmodernistas que podemos rastrear en su escritura, están el reconocimiento del carácter ficticio de esta novela, al plantearla como folletín o novela por entregas. También concilia elementos opuestos, como la temática propia del folletín y la introducción del monólogo interior, técnica propia de novelas que requieren un lector mucho más entrenado, que debe realizar un esfuerzo de comprensión: un lector activo. Cada una de las “entregas” que dividen la obra, está precedida por un epígrafe que consiste en versos de tangos y de boleros famosos. Este es otro ejemplo de un recurso propio de la literatura posmoderna: (se resalta lo superfluo, lo exagerado de formas artísticas pasadas de moda): los simbolismos desembocan en las letras de tangos, rumbas o boleros, como si el lector, al leer estos pequeños textos tan conocidos, pudiese traer a su mente las canciones entonadas por las voces más famosas de aquel entonces: un monumento a este aspecto de la cultura latinoamericana con sus signos de cursilería en los que sin embargo muchas personas encuentran el reflejo de sus sentimientos o situaciones personales. Asimismo, el título del libro remite a la canción “Rubias de New York”, famosa en la voz de Carlos Gardel. Es sabida la afición de Puig por el cine de las grandes divas, y así queda reflejado en ciertos pasajes de la novela. Cada epígrafe servirá como anticipo de la entrega o capítulo, y en el texto podemos distinguir dos partes. La primera, se titula “Boquitas pintadas de rojo carmesí”: rojo, color de la pasión, del esplendor de la juventud, color con que las mujeres pintaban sus labios en la década 1930-1940. La segunda: “Boquitas azules, violáceas, negras”: el título de esta parte preanuncia el desenlace de ocaso y muerte. |
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Ana Maria Serra |
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Se cuenta que, Isondú, era el muchacho màs hermoso entre todos los guaranìes del lugar , quien en las tardecitas acostumbraba a pasear por el río en su canoa y a disparar con las flechas demostrando su destreza . También gustaba del baile, especialmente la s inigualables danzas en las ceremonias de los payés.* Pero, junto con el amor que despertó en tantas muchachas, despertó también la envidia de los otros jóvenes. De aquellos con los que Isondú había jugado sobre las hojas de las palmeras, en los claros de los bosques o en el río. aquéllos que ahora ya no querían su amistad y quienes, ahora, habían decidido prepararle una emboscada para vengarse…. Un día, viendo que Isondú había marchado hacia la selva , cavaron un pozo en el camino y disimulàndolo muy bien, con hojas y lianas desparramadas, esperaron su regreso mientras bebían chicha de maíz. Alegre, cansado y soñador retornaba por el camino atravesando la selva, quedando pequeño ante los àrboles tan inmensos. Cuando ya faltaba poco para llegar a su aldea, escuchó las risas y los gritos de sus enemigos, pero no temiendo por su suerte, continuó caminando. De pronto, Isondú tropezó entre unas lianas y cayó en el profundo pozo. Los otros, salieron enseguida de sus escondites y riéndose y burlàndose de él, comenzaron a tirarle palitos, frutos y bolitas de arcilla con las que cazaban ratones y pàjaros. Isondù no se amedrentó y los llamó cobardes, palabra ésta que exasperó aún màs a los excitados jóvenes quienes entre medio de insultos y golpes acallaron los gritos de Isondú quien quedó caído sobre un costado, en el fondo del oscuro pozo. Paralizados por el miedo, tomando consciencia de lo que habían hecho, los enemigos - Un instante después, centenares de Isondúes se dispersaban por la selva, debajo de las copas de los frondosos àrboles, los helechos y las lianas, iluminando en forma intermitente la noche guaraní transponiendo ríos, dejando atràs la selva y perdiéndose en los campos. En nuestra Argentina, algunos los llaman ¨îsondùes¨, otros, ¨bichitos de luz¨, ¨tuquitos¨o simplemente ¨luciérnagas¨ En las noches màs oscuras y càlidas vuelan a nuestro alrededor, encendiéndose y apagàndose una y otra vez, iluminando nuestro interior que se admira y se alegra ante su bello e inquietante parpadear. Adaptación: Susana I. Del Buono Payes = mèdico hechiceroTembetà : amuleto guaraní que llevaban los hombres adultos. |
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Los dos cielos de América 1 | |
Si tomáramos como metáfora de la vida de los pueblos en general, a nuestra joven América en particular, podríamos aprender de sus antiguas culturas cuan profundamente guardan el tesoro de su sabiduría en la astuta resistencia. Sin embargo, como somos la mixtura del pensamiento occidental con las demiurgas fuerzas vegetales de esta selva americana, es difícil no sentir dolor frente al descuido de los brotes jóvenes, nuevos hijos que la pueblan. Lo cierto es que convivimos bajo dos cielos a los que les cuesta mucho la transición y confunden permanentemente amanecer con ocaso. Los pueblos originarios nos legaron una mirada sobre el mundo Bio-céntrica: la vida tiene sentido por sí misma, por el puro vivir, por el mero estar en el mundo. Se es siendo. Todo lo que vive es el centro del universo y lo contiene. La planta, el puma, la roca, el agua, el viento, el hombre. Mientras que la herencia del hombre –la humanidad, así, de humus – es el dueño del universo y sólo su preservación es la que le da sentido a la vida, caiga quien caiga. Incluso por encima de dios. Ambos cielos tejen densos nubarrones que impiden conciliar una perspectiva desde donde lo recíproco dé respuestas a las cuestiones primordiales. El hombre devorándose la naturaleza que desea dominar. La naturaleza esquivándole la subsistencia en la medida en que no se respeta su prevalecía. En medio de ambas posiciones una ausencia de teorías que posibiliten leer de otra manera la realidad para crear condiciones en las que la vida sacralizada de los nuevos habitantes de estas tierras sea cuidada y respetada. Por eso Kusch.2 Porque necesitamos entrarle, así, retomando el principio que él mismo recupera de Stern, de entrancia y saliencia a un campo donde ambos mundos puedan verdaderamente coexistir. La senda que marca estas entrancias y saliencias son ni más ni menos que las emociones. Donde esto mismo, desde el polo opuesto, podríamos decir: occidente ha arrancado a la inteligencia del contacto total de la psique, para ponerla a funcionar en un vacío en que el intelecto pierde contacto con la totalidad vivencial del ser un hombre y estar en el mundo y ante un destino. La entrancia es la contrapartida de los aspectos intelectuales. Es un frontera donde conviven, como en un momento de intermediación, la vida profunda del inconsciente con el intelecto. Es lo que hace posible al quechua, al aymara, vivir la totalidad de su mundo afectivo, de su mundo interior y en la saliencia, ensoñar mirando al horizonte, a la nada que es el todo. Eso que vemos en la entrancia y la saliencia de nuestros jovenes cuando desde el estatismo –apáticos les llaman algunos adultos – recorren sus fronteras internas y sólo lo dejan salir cuando el espacio del cuidado y el respeto generado por los adultos les dan garantías de supervivencia, cuando no se sienten reprimidos desde la estigmatización del mundo profano. Música, plástica, artesanías y teatro joven dan cuenta de ello. La coherencia del mundo interno americano no se ha perdido. Finalmente así como los griegos desarrollaron su teoría del ser uno frente al desgarramiento, podríamos enfocar las teorías en América hacia las prácticas, donde el corazón, las emociones y el amor sean sendas hacia un pensar desde lo seminal de América, desde lo impensable. ¿Será éste el camino que nos falta explorar? |
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1 Fragmento de “Pensar lo impensable” libro de próxima aparición. |
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.Los pueblos del Continente americano no se encontraban al tiempo del descubrimiento en el estado de atraso que generalmente se cree. En lo material habían alcanzado un notable grado de adelanto, a pesar de su aislamiento del resto del mundo, como lo demuestran las obras de arquitectura, los caminos de los incas del Perú y de los aztecas de México y los mayas de Yucatán y Guatemala, la organización social y política y las conquistas en el orden intelectual. Los mayas, especialmente, poseían conocimientos, exactos de los movimientos de los astros, un calendario perfecto y una sorprendente aptitud para los trabajos literarios y artísticos. En el Popol Vuh pueden distinguirse tres partes. La primera es una descripción de la creación y el origen del hombre, que después de varios ensayos infructuosos fue hecho de maíz, el grano que constituye la base de la alimentación de los naturales de México y Centroamérica. De Adrián Recinos. Extracto de la Introducción al Popol Vuh. Fondo de Cultura Económica. México 1986. | |
APOSTILLAS SOBRE NUESTRO IDIOMA Nº 7 | |
En muchas ocasiones he observado, tanto en recetarios de cocina, como en carteles de propaganda o en listas de precios de comercios, errores en la escritura de ciertas palabras. Al sólo efecto de aclarar algunas dudas, más abajo informo sobre algunas de ellas. Luciano Raventos
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